Las familias de los niños afectados, como es de esperar,
exigen al gobierno que cumpla su deber de servir educación laica a sus hijos.
Parece increíble que un Estado Laico no logre controlar las
acciones criminales de un grupo minoritario de fanáticos, y peor aun, que ceda
ante sus pretensiones.
¿Qué sucedería si no fuera un grupo minoritario en un pequeño
pueblo sino una gran iglesia con alcance nacional? Pues la ineptitud mostrada en este caso me
hace pensar que el panorama seria desolador… les dejarían destruir el sistema educativo, los museos, lapidar
gente y quien sabe que mas, mientras tratan de negociar lo innegociable.
Se ha presentado el caso como un conflicto al interior de la
comunidad, con dos bandos enfrentados y en el cual la autoridad se presenta
como mediadora, pero nada mas erróneo que esa posición; los fanáticos son
criminales pues destruyeron propiedad publica e impiden que los menores ejerzan
su derecho a la educación, las familias que exigen que sus hijos tengan donde
estudiar solo están pidiendo lo que por derecho les corresponde.
Las autoridades en estos casos deben actuar y evitar que se cometan
delitos y violaciones a los derechos ciudadanos, como los que se están presentando
en Nueva Jerusalén y no posar de mediadores, pues estos grupos fanáticos, al
realizar acciones violatorias de la ley, se han constituido en grupos con
discursos no racionales y por ende fuera el pacto social que les protege su
derecho a la libertad de culto, por lo cual la acción represiva del Estado seria
justificada y necesaria para restablecer el derecho de las victimas.
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