febrero 15, 2015

En la educación Pública se viola el principio laico del Estado, y quien debe vigilar y controlar se hace el de la vista gorda.

Ya en diversas ocasiones, en este blog, se han denunciado violaciones al principio laico del Estado operadas por instituciones y funcionarios públicos, y en particular hechos que suceden en establecimientos educativos que se han terminado convirtiendo en centros de favorecimiento e impulso de doctrinas religiosas particulares.

En Antioquia, región de amplia tradición católica es innegable la tozudez con que funcionarios públicos imponen de forma directa o velada sus propios prejuicios y convicciones religiosas.

En Medellín, por ejemplo, ya es bien sabido como los planes de Área de Educación Religiosa, son en buena medida, determinados por las orientaciones de la curia, lo que en última instancia, genera graves situaciones de violación a la libertad de cultos y a la laicidad del Estado.

En los últimos días se viene socializando los hechos sucedidos en una Institución educativa, el Distrito de Bogotá, por manoteo, por motivos religiosos, a menores de edad de una familia atea, lo cual ha supuesto la acción legal frente a la Institución, el Ministerio de Educación Nacional.

Recientemente viene circulando en redes sociales la imagen de unas calificaciones de un colegio de Bello Antioquia, donde se evidencia el claro alineamiento de la Institución con la doctrina jadeo-cristiana.



Frente a estos hechos, el Estado y sus Instituciones, poco ejercen su función de control y vigilancia, incluso son cómplices, como en el caso de Medellín, donde la misma secretaria de educación es quien ha incentivado el ingreso de la curia y sus orientaciones por medio de la Mesa de Educación Religiosa.

El Ministerio de Educación Nacional, cuando es requerido por hechos de este tipo, poca atención pone y saca el cuerpo “pasándole la pelota” a los entes territoriales, este es el caso de consultas realizadas personalmente por quien escribe estas líneas, en cuya respuesta se observó más el interés en justificar la existencia de la educación religiosa, la cual no está en discusión pues, aunque esté en desacuerdo, hace parte del orden legal educativo vigente, sin embargo, a la hora de abordar el tema de los abusos que se hacen en las Instituciones Educativas el MEN saca el cuerpo.

Hago un llamado a toda la ciudadanía, a que aprovechando el actual ambiente mediático que ha visibilizado un poco estas problemáticas, denuncie este tipo de prácticas, elabore derechos de petición para que se les explique el alcance y razones de ellas y entutele cuando considere que sus derechos o el de menores a su cargo, han sido vulnerados.

Finalmente, comparto un completo concepto que la personería de Medellín, me ha presentado como respuesta a una consulta que realicé, éste evidencia la problemática y da algunas luces de acción frete a ellas.

Ver también: Educación religiosa y evangelización, usando recursos del Estado para promover una fe específica