Llevar los
prejuicios religiosos a espacios como la escuela es un hecho tremendamente
desafortunado, que incluso puede llegar a la irresponsabilidad.
Esta determinación
de parte de los directivos de dichos colegios es una muestra de irresponsabilidad
enorme y un grave caso de discriminación de genero, pues se le niega a la mujer
el derecho a la salud al imposibilitársele acceder a una forma segura y
sencilla de prevenir un virus que como
el papiloma puede desembocar en cáncer de cuello uterino; se trata a las mujeres de forma prejuiciosa
y machista al afirmar que por una vacuna
ellas irán a tener sexo, como si ello fuera malo, desconociéndose que el
disfrute de la sexualidad es un asunto individual en el que nada tienen que opinar terceras personas, en
tanto se ejerza dentro de los limites de la legalidad.
Esta noticia
me recuerda la perorata de algunos colegios y educadores, de mi pais, en contra de la anticoncepción,
los tabúes a la hora de educar sobre la sexualidad a los niños y jóvenes y la
insistencia en la abstinencia, el matrimonio, y el fin exclusivamente reproductivo
del sexo, que tratan, los creyentes de varias sectas cristianas, incluida la católica,
de imponer a la sociedad en su conjunto, en muchos casos obstaculizando el desarrollo
de políticas publicas preventivas y educativas sobre métodos de anticoncepción
y prevención de enfermedades de trasmisión sexual
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