Tampoco
tiene razón de ser que algunos creyentes destruyan escuelas, que le impidan a
la mujer educarse, que discriminen, que siembren de odio el mundo, que el profesor
de ciencias ore en clase y no se sonroje al enseñar ciencia y seguir la biblia
como libro infalible, que algunas directivas permitan que una escuela publica este
llena de símbolos religiosos, que allí se realicen actos de adoración y que a
quien cuestiona eso se le vea con malos ojos cuando quienes violan las leyes de
la republica y el principio laico del estado son esos bien puestos creyentes.
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