Cuando los servidores públicos no saben separar su función publica de sus creencias, surge la imposición, la persecución y el Estado se convierte en una herramienta al servicio de la superchería.
A propósito de temas como el matrimonio igualitario y el aborto,
bastante se ha visto a funcionarios públicos anteponer su fe a su deber
Deberán estos personajes renunciar a sus cargos pues les es incompatible
su religión con el cumplimiento de sus deberes.
La ética civil obliga a anteponer el deber público a la
creencia personal, ¿cuando entenderán
esto los funcionarios públicos colombianos?
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