septiembre 17, 2012

¿Será que la iglesia católica argentina, no quiere que se recuerden episodios de la dictadura?

En un hecho que atenta claramente contra la libertad de opinión, de expresión, de organización y asociación en un colegio católico de Argentina se impide a los estudiantes conmemorar el trágico episodios de la historia de la dictadura argentina conocido como la noche de los lápices; ¿será que la iglesia católica argentina tiene cosas de que avergonzarse en ese y en otros episodios de la época de la dictadura?

El caso ocurrió en el Colegio San Carlos Borromeo, ubicado en calle 32 entre 138 y 138 bis, luego de que los alumnos elevaran una nota al director para pedirle "una hora curricular" en la semana para llevar adelante "un pequeño acto" en conmemoración de los estudiantes secundarios que fueron detenidos y desaparecidos durante la última dictadura militar cuando reclamaban por el boleto estudiantil.
La carta estaba firmada por los delegados de cada curso, de primero a sexto año. En un primer momento, el director del establecimiento, Diego Pelassini, accedió al pedido. Luego puso condiciones: les informó que un profesor pasaría por cada curso para leer un texto alusivo al 16 de septiembre. Luego, y sin mediar ninguna explicación, resolvió que no se realizaría ninguna actividad.
En la provincia de Buenos Aires, el 16 de septiembre forma parte del calendario escolar como el Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios desde 1998. Así lo fijó la Ley 12.030, que establece además que todas las escuelas deben promover clases alusivas ese día y fomentar la reflexión en torno a la democracia y los Derechos Humanos, en contraposición a lo ocurrido en La Noche de los Lápices.
Los alumnos del Borromeo pidieron una explicación por la negativa. Y redoblaron la apuesta: se dispusieron a conformar el Centro de Estudiantes, como lo establece una resolución de 2011, firmada por el entonces director general de Cultura y Educación, Mario Oporto, que dispone que todos los colegios, tanto públicos como privados, realicen elección de delegados y conformen el centro de estudiantes justamente en la semana del 16 de septiembre.
Repartieron folletos en cada curso explicando para qué servía tener un centro de estudiantes, por qué era importante. Pero se encontraron con otro rechazo y hasta con amenazas. "El director pasó por cada curso y se llevó los folletos, y nos dijo que si seguíamos así iba a tomar medidas drásticas como cambiarnos de colegio. Primero nos corrió con eso, después se victimizó y nos dijo que podía perder su trabajo. Y lo último que hizo fue ponernos al curso en contra", contó a Tiempo Argentino uno de los alumnos que firmó la nota.
La situación, de todos modos, no los sorprendió ya que en marzo habían intentado armar el centro de estudiantes y las autoridades –incluidos los representantes legales del colegio– también se habían negado por entender que la medida era "en contra de los directivos".
Consultado por Tiempo, el diputado Mario Oporto repudió la actitud de los directivos y consideró que hay "una multiplicidad de errores" en la negativa a dejar que los alumnos recuerden el 16 de septiembre. "Es un error muy grande, además de una ilegalidad. No dejarlos reflexionar sobre un hecho tan trágico como simbólico es repudiable", sostuvo y agregó: "Negarlo es ponerse en la vereda de enfrente, es negar la memoria de ese hecho. Prohibirlo no es que desaparezca, sino generar un enfrentamiento con los chicos."
El legislador del FPV condenó, además, que les prohíban la posibilidad de integrar el centro de estudiantes y participar en las decisiones sobre la escuela. Y se preguntó: "¿A qué le tienen miedo? ¿A que los jóvenes debatan? No se entiende, salvo que la escuela tenga una mirada positiva hacia la dictadura. Esa escuela que forma parte del sistema educativo de la provincia de Buenos Aires no puede prohibirles organizarse ni debatir. Este es un hecho condenable." «
Elecciones Resolución
Una resolución de 2011 de la Dirección General de Cultura y Educación establece que todos los colegios, tanto públicos como privados, tengan su elección de delegados y establezcan sus centros de estudiantes en la semana del 16 de septiembre.
 
( Autor: Jorgelina Naveiro. Fuente: Tiempo Argentino. )
 
 
Es uso común en los colegios que el joven, cuando se organiza, cuando defiende los principios democráticos, cuando asume la educación como un derecho y su institución como algo que se debe defender, se empiece a ver con sospecha y hasta se lo llegue a considerar un incomodo “enemigo interno”, similar sucede con los docentes y padres de familia que cuestionan situaciones o practicas que, en ocasiones, se dan al interior de las instituciones y que sea por acción u omisión de los responsables directivos y/o administradores) atentan contra el bien institucional;  triste es además que ante el que defiende un patrimonio que es de toda la ciudadanía o promueve el goce de derechos y libertades democráticas en al interior de las instituciones, la salida es, en muchos casos, la persecución académica y disciplinaria al estudiante, el acoso al padre de familia y la sanción, el acoso laboral y el traslado de institución al docente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario