No soy un asiduo lector de las columnas de OPPENHEIMER Ni seguidor de sus
comentarios en televisión, sin embargo un artículo publicado en el Nuevo Herald
de Miami, me parece bastante diciente. Mas educación, me nos futbol, se titula
la columna, y aborda, con motivo de las
recientes protestas en Brasil, la situación de la educación en América Latina,
en especial lo referente a los sueldos de los docentes.
Arrancamos con
lo que todos los docentes sabemos
El estudio, titulado La Educación 2013, muestra que los maestros de Latinoamérica ganan menos, trabajan más horas y disponen de menos tiempo para preparar sus lecciones o corregir tareas que sus contrapartes de otras regiones.
Pues bien,
incluso comparado con otros países de Latinoamérica el salario de ingreso de un
docente colombiano es menor; por estos lados el ingreso anual no llega a los 7
mil dólares.
en Latinoamérica los salarios son de $17,400 en Chile, $16,600 en Argentina y $15,000 en México.La brecha con los vecinos es grande, pero si se comparan los salarios con los de países europeos, asiáticos y Norteamérica, la cosa se vuelve hasta graciosa
el salario inicial de un maestro de primaria es de $64,000 en Luxemburgo, $38,000 en Estados Unidos, $36,000 en España, $30,000 en Finlandia y $28,000 en Corea del Su
Los maestros de escuela primaria mejor pagados ganan un promedio de $113,000 en Luxemburgo, $77,000 en Corea del Sur, $58,000 en Japón, $53,000 en Estados Unidos, $51,000 en España, $32,000
Se destaca que el número de horas que se debe dedicar un
docente a las clases es menor en los países más desarrollados, pues se entiende
que el docente necesita tiempo para preparar las clases, evaluar, actualizarse
y demás actividades que fortalecen su quehacer; en nuestro país pro el
contrario se pretende que el docente atienda 100 proyectos ya actividades en un
tiempo limitado o que se lleve el trabajo para la casa.
La opinión de OPPENHEIMER:
Ya es hora de que los maestros latinoamericanos sean tratados como profesionales, como los abogados o los contadores. Para eso hay que pagarles mejor, a cambio de que los nuevos maestros rindan exámenes de admisión y que todos sean evaluados y ganen según sus méritos.
Pues bien acá ya se hace eso con el 1278 (o se simula que se
hace), pero ojo que en términos de salario y respeto del Estado no se ve la mejoría,
por el contrario cada vez el docente está más a la merced de acoso laboral,
sobre carga, mayor número de horas, asignaciones académicas que no corresponden
a su especialidad y en muchos casos desmotivación por el curioso modelo de evaluación
que se aplica para el ascenso y mejoría salarial, que viene dejando a un
alto % de educadores anclados en el
mismo nivel salarial de su ingreso.
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